Dolor y consternación es el clima que se vive por estas horas en el humilde barrio Santa Rosa de Lima, en la ciudad de Santa Fe, donde ayer jueves por la tarde dos personas en motos frenaron frente al domicilio de Beatriz Ramos y la asesinaron de siete balazos.

Ramos era una reconocida militante social, muy respetada por los vecinos y a pesar de ser una señora grande participaba del Movimiento de Unidad Popular, se formó en economía popular y hace poco había viajado a Neuquén para recibir el título de su diplomatura.

Además, Beatriz participaba activamente en actividades solidarias organizadas por la iglesia y junto a su agrupación llevaban adelante talleres de contención para chicos y chicas del barrio con problemas de adicciones.

"Las bandas le tienen bronca a este espacio de contención para los jóvenes porque les sacamos los soldaditos y no los pueden reclutar" explicó a LPO un vecino del barrio quien pidió preservar su nombre por lógicos motivos.

Precisamente, la principal hipótesis del homicidio apunta a integrantes de una banda narco que opera en la zona y que fueron reconocidos por la víctima quien ingresó al hospital Cullen con vida pero, a pesar del esfuerzo de los médicos, no pudieron salvarla.

Beatriz estaba sentada en la puerta de su domicilio tomando mate sola cuando cuatro personas que viajaban en dos motos de bajas cilindradas se estacionaron en la puerta, desenfundaron armas de fuego y comenzaron a rociar el frente a tiros. Beatriz recibió siete impactos y cayó al piso mal herida.

Lo llamativo es que la señora vive a dos cuadras de la comisaría y los agresores se escaparon en ese sentido. "Todos sabemos quiénes fueron" señaló la misma fuente y comenta que una chica que conducía una de las motos tiene prisión domiciliaria por tenencia y uso de arma de fuego y a pesar de que lleva tobillera electrónica, se pasea impunemente por el barrio.

El padre de la sospechosa está preso en una causa donde se lo vincula a la banda de Los Monos, el clan narco del sur rosarino que mantiene en vilo a la población y al gobierno. Según los vecinos, los jóvenes atacantes fueron detenidos anoche pero quedaron en libertad y se mudaron a un barrio cercano que se conoce como San Lorenzo "hasta que pase la bronca".

La semana pasada, desconocidos habían baleado la fachada de la casa de Beatriz pero sin herir a nadie. En esa oportunidad, la señora no hizo la denuncia en la justicia por temor a que empeorase la cosa y por la poca confianza que hay hacia la policía.

"Hace un tiempo atrás un integrante de nuestra agrupación fue secuestrado por bandas vinculadas al narcotráfico y le habíamos manifestado al ministro de Seguridad -Maximiliano- Pullaro la preocupación por nuestros compañeros" afirmó Federico Martelli, secretario general del Movimiento de Unidad Popular en diálogo con La Política Online.

Además, Martelli reveló que hace tiempo que reclama una reunión con el gobernador por los hechos de inseguridad y amenazas que sufren los militantes de parte de las bandas de traficantes, sin conseguir mayores resultados:

"Traté de hablar con el gobernador pero se ve que tiene cosas más importantes que el narcotráfico y los asesinatos. Espero que ahora me llame" apuntó Martelli.

Por otra parte, la hija de Beatriz, Norma Porucznik, también es una reconocida militante barrial quien también sufrió amenazas en varias oportunidades de parte de la misma gente y en una oportunidad tuvo que irse unos meses a vivir al centro por el grado de virulencia de las intimidaciones.

Norma integró la lista de diputados nacionales por Unidad Ciudadana que encabezó Agustín Rossi en el 2017. Tal y como había planteado en ese momento Cristina, la nómina estaba integrada por representantes de cada sector que estaba siendo perjudicado por las políticas del macrismo. Norma fue incluida en el lugar reservado para los movimientos sociales.